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Sobre eringios

Posted by Pele Camacho en 7 agosto, 2013

Es un cardo…” se dice de la persona antipática, desabrida, casi intratable… como si tuviera pinchos.

El Eryngium campestre es un cardo muy popular, erizado con unas cabezuelas pinchosas que no invitan a acercarse a él. Pero en Agosto es una de las pocas plantas que ofrecen algo libable -o chupable- a los insectos que apenas encuentran otras flores donde reponer fuerzas. A mediados de Agosto empiezan a amarillear los eringios, anunciando que pronto estarán secos  –agostados–  y cuando eso suceda, aunque sus raíces sean muy largas -que lo son-, la parte aérea se desprenderá del suelo y se convertirá en una especie de bola hueca y erizada, un “cardo corredor” que, con rima asonante, me recuerda al “galgo corredor” del Ingenioso Hidalgo.

IMGP1491_1200_1289KNEryngium campestre, el eringio, cardo corredor o cardo setero

(Picar en las imágenes para verlas con más resolución)

Algunos de los muchos bishos que pululan en Agosto entre los pinchos de los eringios son las chinches, las auténticas, porque también se suele llamar “chinche” a la persona incordiona, la que chincha, que molesta como si tuviera pinchos, como si cardos y chinches estuvieran tan relacionados en sentido figurado, como lo están en el entorno natural.  Sigan y vean…

IMGP1433_1200_880KNHembra de Carpocoris mediterraneus (Fabricius, 1755),  que ahora se llama Carpocoris fuscispinus

Las chinches de campo son “hemípteros” -un orden de la clase “insecta”- unos insectos cuyas alas anteriores  –hemiélitros–  son duras o rígidas en su parte basal y membranosas o flexibles en su parte distal o final. Quizás por la asociación de ideas con otros -u otras- chinches, son unos insectos que no gozan de muchas simpatías porque, además, tienen un sistema bucal chupador, lo que podría hacerles merecer el nombre de “chupópteros”, que tampoco es un apelativo socialmente bien visto en nuestros biotopos al estar asociado a la clase “política”, que nada tiene que ver con la clase “Insecta”:  unos son “bichos” y los otros son “bishos”… no sé si me explico bien.

IMGP9887_1200_948KNRhynocoris erythropus (Linnaeus, 1767),  con su trompa chupadora plegada

El sistema chupador de algunas chinches puede determinar que sean plagas potenciales de determinados cultivos vegetales. Para ellos, las multinacionales del sector químico buscan plaguicidas cuyos “efectos colaterales” se suelen conocer algunos “daños” más tarde.   En otros casos, lo que chupan los hemípteros son los humores vitales de otros insectos que pueden ser plagas, haciendo un papel de predadores que conviene cuidar para el control de ciertos cultivos sin tener que acudir a plaguicidas. No son malos todos los “bishos chupópteros”.

IMGP1542_1200_964KNMacho de Carpocoris fuscispinus (Boheman, 1850), que antes se llamó mediterraneus

Sin entrar en detalles biológicos diferenciadores de subórdenes o familias, la parte rígida de los hemiélitros, próxima al tórax protegido por una cubierta también rígida, da a las chinches heterópteras un aspecto de “bisho blindado”, aunque no sea más que una cubierta quitinosa similar a la de ortópteros y odonatos.

IMGP9861_1200_1152KNGraphosoma semipunctatum (Fabricius, 1775), continuando la vida sobre eringios

Cuando pasa el verano y los cardos corredores han ido a parar a donde el viento los mandó, la vida continua donde estuvieron y, por unas complejas simbiosis de hongos y raíces, aparecen en otoño unas setas deliciosas, las setas de cardo denominadas Pleurotus eryngii.  Algunos llaman también con ese nombre a una variedad cultivada cuyo nombre auténtico es Pleurotus ostreatus, que también está rica, pero mucho menos que su delicada parienta campestre surgida de los eringios salvajes.

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