En dibujo técnico, para representar una pieza se usan las vistas conocidas como alzado, planta y perfil. En dibujo artístico eso no aplica y, en la fotografía, que también tiene un toque artístico, pasa lo mismo. Como consecuencia de esa falta de vistas complementarias, en muchas fotos de naturaleza siempre parece que falta o se echa de menos algún detalle. Las libélulas no son una excepción y en cualquier foto de ellas, por muy artística que sea, se puede decir que no se ve bien esto o aquello que, desde un punto de vista anatómico, puede buscarse para identificar o estudiar a la criatura: Si se las fotografía lateralmente, digamos que de perfil, se pierden los “turbos” dorsales y las alas que estos mueven, que hasta incluso pueden tapar parte del tórax, de las pinchosas patorras, la peculiar genitalia de sus espectaculares cópulas, etc., etc.; pero si buscando la foto o vista de su planta se las fotografía de forma traicionera, o sea, por la espalda, aunque en la foto premien los “turbos” y el cogote, se pierden todos los laterales de tórax y abdomen que, en algunos casos, son importantes referencias identificativas… Y en cualquiera de las anteriores, si falta la vista frontal, el alzado, se pierde el gesto, el morrete, los ocelos y… ¡los ojos!, los siempre fascinantes detalles de los ojos de una libélula…
Como la modelo fue paciente, en esta especie de alzado -sobre todo, el abdomen- aquí se la ve de frente, mirándonos cara a cara, como gente de bien, con los ojos bien abiertos, sin miedo, hasta parece que sonriendo…
Y en la vista siguiente, vista de perfil, como de “eslora” en jerga marinera, deja ver mejor los detalles de su abdomen que las limitaciones y leyes de la óptica no dejaban ver en la otra foto. Con los detalles que se aprecian en las dos fotos -y un poco de imaginación-, a partir de las escasas referencias gráficas que hay de esta especie y en este estadio de ejemplar inmaduro, se aventura el fotógrafo a identificarla: es una hembra joven o inmadura de Trithemis kirbyi, una especie casi anecdótica en España, de la que apenas hay algunas referencias, muy recientes, en la provincia de Málaga, donde ésta fue vista el 29-05-2010 de forma aislada y casual.
Y como en este caso, por voluntad de la modelo, no pudo ser la vista de planta, merece la pena comparar las vistas anteriores con una vista dorsal, también de una hembra inmadura, pero de la Trithemis annulata, una especie muy afín, taxonómicamente hablando, como un familiar cercano visto el mismo día y en el mismo paraje, que graciosamente posó con una especie de mohín de sus «caderas» o segmentos abdominales .
Comparando las tres fotos se observan detalles importantes para distinguir ambas especies: el color de los pterostigmas, negros en la kirbyi y grises en la annulata, la mancha ambarina presente en la base de las alas de la kirbyi y ausente en la annulata, y casi nada más, pues los colores que aquí muestran son pasajeros, temporales, ya que en poco más de una semana las dos primas habrán cambiado de forma tal que, para ojos no habituados a verlas, posiblemente parecieran ser especies diferentes de las que aquí se dicen, pero igual de bellas, quizás más…