Hay por ahí una peli con ese título, que no está muy justificado -diría yo- porque aunque se vean en ella muchas muertes, me parece que allí no hay muchas flores. Ahora, después de tantos chaparrones, hay por aquí muchas flores y, en algunas de ellas, se ve el paso o la amenaza de la muerte, como contraste con el empuje de la vida en primavera.
Un pequeño himenóptero en un llamativo mausoleo primaveral
(Picar en las imágenes para verlas con más resolución)
Entre las flores llamativas de ahora, esas que salen, duran poco y no se las vuelve a ver hasta el año que viene, a veces se ve un bishillo que al acercarse uno a mirarlo no se espanta, lo que apunta a mal asunto: o se ha muerto o, probablemente, “se lo han cargao”, porque los bishos no suelen morirse en las flores, pero sí suelen matarlos en ellas esos “Fementidos y taimados” asesinillos, disimulados con colores de camuflaje mientras esperan que pose alguno sin mirar donde pisa y que luego pase algo que le pese…
Un predador con el icono de Napoleón a la espalda de su panza, esperando en una Orchis morio
Porque, siguiendo con las muchas orquídeas que están en las ofertas de primavera, mientras se intenta encuadrarlas y enfocarlas, a veces asoma por alguna un siniestro personaje que otea su territorio buscando un escondrijo propicio para arrear el zarpazo al primer incauto que se deje caer por allí…
Vigilando desde una atalaya de un macizo de Orchis papilionacea
En estos comienzos de la primavera climática, cuando hay tantos bishos y yerbas nuevas, una de las especies oportunistas de por aquí es la Synema globosum (Fabricius, 1775), a la que algunos llaman “araña Napoleón”, por el parecido que apreciaron en la mancha que lleva en el dorsal de su abdomen globoso. El origen del nombre del género Synema, (Simon, 1864) no se deja averiguar fácilmente, aunque “nema” parece que significaba “amenaza” -en griego, claro- lo que no deja de ser creíble y verdadero para más de un bishillo.
La amenaza de cuatro pares de ojos y la silueta siniestra de un bicornio napoleónico
En este país nuestro, donde no abundan las personas interesadas en bishos, hay que aprovechar la ocasión para citar a un paisano celtibérico llamado Pelegrín Franganillo Balboa, que describió las subespecies clarum, flavum y pulchellum de estas globosas con el grafitti de un bicornio napoleónico en su dorsal, que a sus nombres añaden (Franganillo, 1913), porque hace justo un siglo que las bautizó.
Atacando con uñas, patas y quelíceros, desde dentro de una Orchis papilionacea
Hay más de 100 especies del genero Synema, englobadas en la familia Thomisidae, la de las arañas cangrejo que no necesitan tejer ninguna telaraña, porque todas ellas se buscan la vida con sus dos pares de largas patas delanteras que les sirven para agarrar y sujetar a sus presas, mientras con sus quelíceros las apuntillan de manera certera, rápida y fatal; luego les absorben sus “humores vitales” y dejan la carcasa seca y vacía, para que algún fotógrafo se entere de que ellas estuvieron allí antes…
Hoy, el 22 de Abril, ha sido el DÍA DE LA TIERRA. Una fecha que nos recuerda que debemos cuidar del planeta para que nuestros hijos y nietos, y los suyos de los suyos, puedan disfrutar de la belleza de sus campos, de sus flores y de sus bishillos, aunque sean depredadores, porque seguro que desde hace muchos siglos vienen cumpliendo un papel de equilibrio en la naturaleza y todos son necesarios para que la vida en el planeta siga como si no pasara nada más…