Suena bien la palabreja, cuya segunda parte recuerda a los moluscos gasterópodos o de “pie ventral” que, con pimienta y caldillo de hierbabuena, tanto gustan-gustan tanto a muchos de por aquí abajo, aunque luego les den gastritis, retortijones de tripas o problemillas gástricos que, casualmente, de eso iba la palabra griega “gaster-gastros”, que significaba vientre, abdomen, estómago… etc. etc.
La primera parte, lo de “cordule”, no está tan claro por culpa de esa “c” latina que unas veces suena como “z” y otras como “k”, letra a la que suplanta en una antigua palabra griega que se escribiría como “kordule”. Pero como en la interné hay gente pa’tó, en un diccionario de griego-antiguo a inglés encontré que “kordule” equivale a “club”, no de “night-club”, sino de “stick”, garrote de atizar golpes a algo o alguien, que es otro significado de “club” en inglés. De hecho , ese “club” inglés -que podía ser también de futbol holandés- deriva del latín “clava” y en latín moderno, o sea, en italiano, la palabra “clava”, según el diccionario sapere, significa: bastone robusto con punta arrotondata, con un’estremità più grossa dell’altra, usato come arma dai popoli primitivi, que traducido al castellano castizo significa “cachiporra”, Palo enterizo que termina en una bola o cabeza abultada, según la RAE. Resumiendo, que esa palabra tan bien sonante, “cordulegaster”, significa, ni más ni menos, “abdomen en forma de cachiporra”. Así que, dejamos las cosas como estaban y hablamos del género Cordulegaster.
Cordulegaster boltonii, ssp. immaculifrons, Despeñaperros, Santa Elena, (Jaén), verano 2009
El género Cordulegaster (Leach, 1815) pertenece a la familia de los cordulegástridos (Cordulegastridae), odonatos anisópteros de cuerpo grande, negro y con marcas amarillas. Solo dos especies se han citado en la península ibérica, la Cordulegaster bidentata (Selys, 1843), rara ella y solo en la zona pirenaica, y la Cordulegaster boltonii (Donovan, 1807), presente por toda la península. De ésta última, Dijkstra distingue cuatro subespecies: la ssp. boltonii, la más común, la ssp. immaculifrons (Selys, 1843), la ssp. algirica (Morton, 1916) y la ssp. ibérica (Boudot & Jacquemin, 1995). La subespecie immaculifrons, que carece de las delgadas marcas amarillas que las otras especies tienen al final de los segmentos, se puede encontrar, según Dijkstra, en una amplia zona del centro de España. De hecho, el ejemplar de la foto fue encontrado y visto una sola vez en Despeñaperros, Santa Elena (Jaén), el pasado verano, en un pinar relativamente alejado de zonas húmedas.
Las cuatro subespecies están aceptadas y reconocidas como tales en el Catalog of Life http://www.catalogueoflife.org/ , de la asociación ITIS – Integrated Taxonomic Information System http://www.itis.gov/.
Cordulegaster boltonii, ssp. algirica, vista al noroeste de la provincia de Málaga, Junio 2010
La subespecie ssp. algirica, cuyo nombre parece derivar de Argelia, está localizable en el norte de África y algunas zonas de Andalucía, y se caracteriza por el perfil en forma de W del anillo amarillo presente en el segmento S7 y porque, en general, las marcas, más que anillos amarillos son más anchas que en cualquier otra subespecie. El ejemplar de la foto fue visto en una zona del noroeste de la provincia de Málaga, apenas hace un mes.
De la primera y más común de las subespecies, la C. boltonii, ssp. boltonii, aún no he tenido la oportunidad de hacerle una foto, pero sus líneas amarillas son más estrechas que aquellas de la immaculifrons o la algirica. De la última de las cuatro subespecies, la C. boltonii, ssp. ibérica aún no he visto ni una foto.