Breves apuntes históricos
La historia de las vías de comunicación entre Andalucía y la meseta castellana se inicia a mediados del siglo XVIII, cuando se apreciaron las dificultades para llevar a Madrid los productos procedentes de las colonias americanas que, en buena parte, entraban por el puerto de Cádiz. Por aquellos tiempos, en Sierra Morena sólo existían cañadas pecuarias y caminos por los que apenas podían circular carros, con el suspense añadido de los bandoleros de la época. Para facilitar el tránsito, el ingeniero Joaquín Iturbide propuso el arreglo del camino del Puerto del Rey que, según la leyenda, fue el que enseñó el pastor Martín Halaja a las tropas cristianas que participaron en la batalla de las Navas de Tolosa, pero las fuerzas de los animales que tiraban de los carros cargados de mercancías eran incapaces de subir las pendientes de aquellos atajos. Iturbide pensó como alternativa en un camino más llano por el desfiladero de Despeñaperros, el único paso natural entre Andalucía y la meseta castellano- manchega, pero implicaba una difícil obra de ingeniería en una garganta estrecha entre farallones de paredes verticales sobre el río Despeñaperros, que entonces se llamaba Magaña. Hoy, el Magaña y el Cabezamalo se unen para iniciar al Despeñaperros, poco antes de su entrada en Andalucía.
Pocos años después, el ingeniero Carlos Lemaur realizó un Mapa general del camino proyectado entre Valdepeñas y Anduxar pasando por Despeña Perro, a la orilla del río Magaña evitando toda cuesta y particularmente las del Puerto del Rey. El mapa supuso la construcción entre 1778 y 1780 de una carretera para las diligencias de la época, de 34 Km de longitud, 11 metros de anchura y un coste de 2 millones de reales. El proyecto de Lemaur fue calificado por sus coetáneos de “magnifico y unos de los más difíciles y mejor trazado de Europa”. Casi un siglo después, en 1866, se construyó el viaducto del ferrocarril Manzanares-Córdoba, que fue el único entre la meseta y Andalucía hasta que se inauguró la línea del AVE para la Expo 92.
El Plan General de carreteras de 1877 fijó el trazado de la carretera N-IV que, con el Plan de Circuitos de Firmes Especiales aprobados en 1926 y un presupuesto de 227 millones de pesetas para el arreglo de 4.000 Km en todo el país, dejó la carretera como estuvo hasta que se iniciaron los desdoblamientos para la autovía A-4. El primer tramo del actual desdoblamiento de la N-IV, entre Santa Elena y Las Correderas, se terminó en 1983 y el segundo, entre Las Correderas y Venta de Cárdenas, en 1984, para un tráfico que se estimaba entonces de 8000 vehículos diarios, siendo camiones un 31% de ellos. La longitud total del desdoblamiento fue de 17,5 Km. y el coste estimado de las obras fueron 2.200 millones de pesetas, de las de entonces, claro.
Trazado actual de los tramos de la Autovía de Andalucía A-4, con marcas del nuevo trazado en construcción.
(Picar en las imágenes para verlas con mayor resolución)
Sobre el mapa topográfico se puede ver el trazado actual de las dos ramas de la A-4 y estimar el desnivel que tendrá la nueva autovía en construcción, desde la salida de Santa Elena -760 m.s.n.m.- hasta las entradas a 585 m. de los primeros túneles que atravesarán el macizo oriental del desfiladero. Unos 175 metros y una longitud en línea recta de casi 5 Km, que, considerando las curvas del tramo real de viaductos y estimando una longitud de 6 Km, permiten estimar una pendiente media del 3%, desde los túneles hasta Santa Elena.
Despeñaperros, desde Santa Elena
La magnitud y belleza de algunas de las formaciones rocosas de Despeñaperros, como «Los Órganos» y el «Salto del Fraile«, en un área protegida y declarada Monumento Natural, son dignos de contemplar, pero no es fácil ni conveniente desde la autovía A-4 actual ni con su densidad de tráfico, que exigían desde hace tiempo una renovación de infraestructura vial que, afortunadamente, se acometió hace poco más de cuatro años.
A la derecha se ven los últimos tramos de los nuevos viaductos cuyas ramas se separan para adaptarse a las entradas de los primeros nuevos túneles -380m.de longitud-. Los segundos túneles -1.900m.- coinciden en su entrada con el “desconchón” de una antigua cantera de áridos para la RENFE y atraviesan el macizo donde están los farallones de “Los Órganos”. En el macizo de la izquierda, junto al Collado de la Aviación, se ven los roquedos que algunos llaman “Cabeza de la mujer muerta”, por la forma del relieve del horizonte desde allí hasta cerca del Cerro de la Estrella, el punto más alto -1.258m.- de Sierra Morena, casi a 9 Km. en línea recta hacia el oeste.
El nuevo trazado
Desde la “muy alta” -770 m.s.n.m-, y “muy serena” villa de Santa Elena hasta el cauce del río Despeñaperros, que pasa por el fondo del desfiladero, hay un desnivel de unos 250 metros y una distancia en línea recta de apenas 7 Kilometros, pero eso sí, con frecuentes lomas y barrancos abruptos que forzaron un trazado de carretera zigzagueante de unos 15 Km. que empezó a ser problemática hace medio siglo.
El nuevo trazado sobre los actuales tramos A-4 Sur y A-4 Norte
La actual autovía A-4, parcialmente construida en sus dos ramas sobre la anterior N-IV, es una de las seis radiales que salen de Madrid. En 1993 se empezaron a considerar posibles mejoras que la crisis post-92 y la política/políticos de entonces fueron dejando para mejor ocasión. Para “marear la perdiz”, en 2002 se anunció un proyecto alternativo y megalómano de la A-41, tramo Puertollano-Córdoba, que no pasó del bla-bla-bla, entre otras razones porque las únicas poblaciones cercanas eran algunas de las pocas que quedaban del lince ibérico. En 2004 se llegó a adjudicar un “arreglo” de la autovía actual, un “parche” que ya se consideraba insuficiente, y en 2006, por fin, se decidió “borrón y cuenta nueva”, o sea, un nuevo proyecto con nuevos trazados completos y paralelos de tres carriles en cada dirección y algo más de 9 Km. desde Santa Elena hasta pasado Despeñaperros, acortando en casi 4 Km. el trazado de la actual A-4.
El nuevo trazado tiene cuatro viaductos que cubren el descenso desde Santa Elena hasta llegar a los primeros túneles, poco después de Las Correderas y del actual enlace con la carretera A-6200 que sube hacia Aldeaquemada, pasando cerca de la Cueva de los Muñecos y por el Collado de los Jardines, desde donde se tienen las mejores vistas del Parque Natural de Despeñaperros.
La construcción de la nueva Autovía de Andalucía
La ingeniería utilizada es de las que impresionan y merecen un aplauso: no cabe duda de que en nuestro país se sabe proyectar y hacer carreteras difíciles. La técnica empleada en los viaductos se basa en utilizar una especie de gigantescas dovelas de forma trapezoidal, con unas aletas laterales que dan el ancho de los tres carriles que tendrá cada ramal de la nueva autovía.
La técnica y grúa de montaje de dovelas en viaductos
Las dovelas son unas estructuras de hormigón armado que se fabrican en una nave construida exclusivamente para el proyecto, al otro lado de Santa Elena, desde donde se transportan, una a una y a lo largo, en camión especial, hasta el lugar donde se van a colocar y, con una compleja estructura metálica, a modo de grúa tumbada, se van colocando y uniendo a las anteriores, construyendo así los tramos que van soportados sobre los gigantescos pilares previamente construidos, con una precisión sorprendente para el profano en Ingeniería civil. En la foto siguiente se pueden apreciar las uniones entre dovelas.
El segundo viaducto, sobre un arco de la actual A-4 Norte, vistos desde una curva de la A-4 Sur
En cuanto al impacto medioambiental, sinceramente, no sé cómo se mide o se expresa de forma objetiva para algo así, pero comparando el nuevo trazado con las dos ramas del actual, desde un punto de vista de molestias a la fauna y contaminación, supongo que mejora con el nuevo trazado. Y en cuanto al “impacto” visual, pues cada cual tendrá su respetable opinión. La mía es que el nuevo trazado es una magnífica obra de ingeniería, de gran belleza y que, aunque en estos casos, se haga lo que se haga, viaductos, puentes, túneles, etc. siempre alteran el medio natural y el paisaje, ese es el pago para evitar las retenciones kilométricas, las penosas operaciones retorno, los fatales accidentes y otras penitencias de nuestra vida moderna. Y hablando de otros “pagos”, pues unos 200 millones de euros, según dicen los periódicos. No es poco, pero si se hubiera hecho antes hubiera costado menos y se hubieran ahorrado muuuchos millones de litros de gasofa y muuuchas horas de viaje. Hay por ahí obras, de mucha menos envergadura, duración y dificultad, que han costado proporcionalmente mucho más de lo que dicen que va a costar ésta. ¡Lástima que no se hubiera hecho muuucho antes!
El último tramo de viaducto, en la rama Norte del viaducto-3, sobre el Arroyo del Rey
Se espera que esté inaugurada antes de 2012 y, visto cómo está en Agosto 2010, es perfectamente posible, creíble y conveniente. Hay elecciones generales en 2012 y una cosa así da puntos, o sea, votos. En este caso, si todo termina bien, muy merecidos. Supongo que serán muchos los viajeros que apreciarán la diferencia.
Despeñaperros. Un bello paisaje agreste, con mucha historia y con un nombre chocante cuyo origen no está muy claro: algunos lo relacionan a lo escarpado de algunos de sus “despeñaderos”, pero otros dicen que, tras la batalla de las Navas de Tolosa, los vencedores cristianos arrojaron por el desfiladero a los musulmanes vencidos, considerados en aquella época como “perros”. Me cuesta creer esta versión, por la orografía y la distancia de los “despeñaderos” a los parajes donde fue la batalla. Para los supuestos “despeñadores”, imagino que habría sido más fácil y rápido aplicar otros métodos para terminar la contienda. En la época actual parece que algunos musulmanes llaman “perro” al cristiano al que quieren insultar, y bordan el acto si le tiran un zapato, como si fuera un chucho. Por unos y por otros se puede entender aquella frase de Lord Byron: “Cuanto más conozco a los hombres, más quiero a mi perro”.