Sorpresas y paisajes

Fotografías de lo que veo por esos campos…

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Bailando con lobos

Posted by Pele Camacho en 9 enero, 2012

Para desgracia de los lobos desde tiempos remotos, los hechos y la apariencia de los Canis lupus han revuelto los sentimientos de los homosapiens que, salvo excepciones como aquella de Rómulo y Remo, los incluyeron en historias y culturas con un halo de bisho malo del que Félix Rodríguez de la Fuente casi los rescató en buena parte de España. De allende los mares, me gustó -y me sigue gustando- ver las miradas y amagos de “Calcetines”, un lobo famélico y amigable que dio nombre sioux –Sunkmanitu Tanka Ob Waci– a la película “Bailando con lobos” y al protagonista que quería ser su amigo, entre pielesrojas buenos y rostrospálidos malos.

Lycaena phlaeas (Linnaeus, 1761),  una mariposa con nombre de loba flamigera

(Picar en las imágenes para verlas con más resolución)

El mundo de las mariposas es una de las manifestaciones culturales donde las referencias a lobos son abundantes, tanto a nivel de especies como de familias: la Lycaenidae (Leach, 1815), o de los licénidos, es una familia que tiene más de 70 especies en España, de un total mundial que, según cuentan por ahí, sobrepasa las 4.000: se mire donde se mire, una familia numerosa cuyas maris son más bien pequeñitas, incluso algunas muy pequeñitas y, a veces, muy inquietas o nerviosas, por lo que hacerles una foto requiere que el fotógrafo se tenga que encoger y estirar, ir y venir de allá para acá, como si bailara al ritmo que ellas marcan, escenificando un “bailando con lobos”…

Loba con lunares de escamas azules -variación caeruleo punctata- en flor de jaguarzo Cistus albidus

Como la taxonomía es casi un arte donde caben múltiples opiniones y criterios clasificatorios, de vez en cuando las subfamilias y tribus de cada familia son sacudidas por revisiones que hacen bailar, también, a las maris que fueron clasificadas con apuros en revisiones anteriores. Dentro de la familia Lycaenidae cabe mencionar las subfamilias Polyommatinae y Lycaeninae, las dos más numerosas y aceptadas desde hace años, aunque no estén totalmente aceptados los criterios que permiten incluir a ciertas especies, pero no a otras, dentro de una subfamilia. Actualmente, se considera que dentro de la subfamilia Lycaeninae están perfectamente clasificadas, al menos, todas aquellas especies del género Lycaena, que pertenece a la tribu Lycaenini, en la que el afán clasificatorio ha definido otros cuatro géneros mucho menos conocidos.

Loba sobre florecilla de un diente de león Taraxacum officinale

En España tenemos casi media docena de especies del género Lycaena, pero solo la Lycaena phlaeas (Linnaeus, 1761) está distribuida por todo el territorio peninsular porque, al igual que la Callophrys rubi de la entrada anterior, es una “todoterreno” conocida en toda Europa, Asia, norte de América y África. Hay pocas mariposas que hayan conquistado islas y continentes de tal manera. Las plantas nutricias de sus larvas son especies del género Rumex y alguna más de la familia vegetal de las Polygonaceae, o poligonáceas, tan numerosa y extensa como el área de distribución de la mariposa. Los lobos de verdad -los Canis lupus– son mucho más melindrosos, pues solo comen rumiantes y, raramente, abuelitas y Caperucitas, razones por las que los persiguieron los homosapiens y los exterminaron de muchos territorios.

Loba sobre una inflorescencia de cardo corredor Eryngium campestre

La Lycaena phlaeas es una mariposilla de tamaño mediano, cuyas alas extendidas apenas llegan a los 25 mm. Lycaena es un nombre derivado de la palabra griega «λυκαινα«, con escritura muy diferente pero sonido muy similar, que significa “loba”, mientras phlaeas tiene un origen menos claro, aunque parece provenir de otro vocablo griego que, latinizado, sería phlego, con significado de flash, fogata, llamarada…, que parece apropiado para describir los colores anaranjados-rojizos del anverso de sus alas. Los angloparlantes la llaman Small Copper, porque para ellos son Copper -cobre- todas las Lycaenas, por sus colores anaranjados y rojizos, que interpretan como cobrizos, supongo yo… en cualquier caso, tiene unos colores llamativos que contrastan con los verdes y amarillos de las plantas donde suelen posar y como, además, es vivaracha, destaca su presencia en escenas primaverales del campo silvestre.

 El reverso de la Lycaena phlaeas, la loba flamigerasobre una cabezuela de cardo corredor

Según la bonanza del clima del lugar que habitan, pueden ser vistas durante todo el año -polivoltinas- por tener hasta cinco generaciones al año, o tener solo una -univoltinas- en las zonas más frías del norte. Suelen hibernar como larvas, despertando al comienzo de primavera para evolucionar a crisálida y, unas tres semanas después, emerger como imago e iniciar sus alegres bailoteos.

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Lobas livianas

Posted by Pele Camacho en 15 junio, 2011

Para hoy se anuncia eclipse de Luna y he recordado esas escenas de cielo azul oscuro y perfiles de lobos con el cuello estirado, cantando o aullando como homenaje a una Luna brillante… ¿Qué harán o sentirán los lobos cuando hay un eclipse de Luna?  Parece que los eclipses ponen nerviosos o asustan a los animales que perciben que ocurre algo raro…

Desde tiempos remotos ha existido un cierto “magnetismo” entre humanos y lobos,  tal vez, por su inteligencia animal, o por su afinidad con el mejor amigo del hombre, por su mirada profunda o, quizás, simplemente, por su porte, por su belleza… recuerdo con gusto aquellos lobos del amigo Félix en “El hombre y la Tierra”, saltando y aullando a la Luna, con o sin eclipse.

Las referencias a los lobos en el orden de los Lepidópteros son numerosas, empezando por la familia Lycaenidae o de los licénidos, la más amplia dentro de las mariposas diurnas, con unas 6000 especies identificadas, entre las que, sin embargo, no están los “lobitos” de los géneros Pyronia e Hyponephele, ni las “lobas” del género Maniola, a cuya especie jurtina va dedicada esta entrada.  Las “lobas” y “lobitos” del mundo mariposil pertenecen a otra gran familia, la Nymphalidae o de los ninfálidos, que hasta no hace mucho fue la Satyridae, o de los satíridos, pero…  qué más da entre lobos, ninfas o sátiros, si tanto unos como otras solo son o fueron asociaciones de ideas y criaturas, reales o míticas, pero famosas y populares, para recordar…

 Macho de Maniola jurtina, (Linnaeus, 1758), «el Lobo«, posando en una coscoja serrana

La Maniola jurtina (Linnaeus, 1758), a la que se puede ver desde primavera hasta otoño, es una especie de difusión amplia en Europa, como lo fue el lobo antes de que se convirtiera en el objetivo y trofeo de muchos loberos, que llegaron a descastarlo de muchas regiones donde era una amenaza para el ganado, las Caperucitas y las abuelitas… es una especie vivaracha, activa de aspecto incansable, incluso las que llegan a otoño con las alas a jirones, hechas unos “zorros”, más que unos lobos

   Macho de  Maniola jurtina, «el Lobo» mostrando el lomo, su anverso y sus androconias feromoniferas

¿Y por qué la llamaron “la Loba”?… pues, ni idea; lo único que se me ocurre como origen de esa asociación de nombres es el tono pardo de los anversos de los machos, donde se dejan ver unas marcadas androconias, una especie de mechones de escamas, más o menos alargados, que contienen las células glandulares encargadas de segregar las feromonas, el perfume con el que, no solo las mariposas, atraen a sus parejas para intentar la propagación de la especie.

   La primavera, las feromonas altera…

No es frecuente ver los anversos pardos de los machos y, menos aún, los de las hembras de Maniola jurtina pero, parece que en algunos días, quizás relacionados con los periodos más convenientes para su actividad reproductora, es posible observar esos anversos casi imposibles de ver en otros momentos del cálido ambiente en el que les gusta revolotear. Distinguir machos de hembras no es fácil en el campo y, a veces, tampoco después de ver la foto aislada del lobo o loba, pero cuando se les ve amorosamente juntos, es relativamente fácil saber quién es quién: ella, normalmente, más gordita, más entrada en carnes, con el abdomen algo más grueso; él, más enjuto, más ligero, más preparado para buscarlas esparciendo feromonas por ahí… ley de vida, que dicen algunos.

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